¿Cuando debo acudir al psicólogo con mi hijo/a?
Acudir a la consulta de un psicólogo no es solo cuando hay una psicopatología grave o un problema de salud mental. Los motivos de consulta de los más menores, aquellos por los que los padres y las madres traen a sus hijos/as a consulta suelen ser, por problemas de conducta, porque les faltan habilidades sociales, porque se ponen nerviosos y somatizan o porque tienen dificultades escolares.

Habitualmente estos niños/as no presentan ninguna patología, sino que lo que necesitan es apoyo y orientación.
La labor del psicólogo es acompañar, instruir y entrenar a los padres para que sean capaces de enfocar y resolver los problemas de sus hijos/as
Los menores a menudo no saben expresar verbalmente su malestar y sienten que no se encuentran bien aunque no saben qué es lo que les ocurre, por eso como madre o padre es importante saber que señales pueden indicar que algo no va bien.
Señales de alarma:
Si vemos que el niño/a lo pasa mal que sufre , que no es feliz y no disfruta en su día a día, es importante poder pedir ayuda para iniciar lo antes posible una reeducación y/o modificación de conducta según el caso.

Alteración en indicadores del comportamiento: si no habla o no camina, si es reacio a los cambios…
Cambios drásticos en comportamiento habitual: niños cariñosos que comienzan a pegar, comienzan a tener muchas rabietas, más de las habituales por su edad, empiezan a tener miedos…
Miedos anormales de la edad que no desaparecen y que van en aumento y/o se amplían hacia otras situaciones.
Si aparecen situaciones estresantes como problemas familiares, traslados…que aunque supongan cambios en positivo, por ser situaciones novedosas pueden necesitar una adaptación y un acompañamiento especial
Por problemas de relación con iguales
Si el desgaste emocional en casa es muy elevado y genera problemas de conducta como que el niño no obedece, que no estudie…
Si existen dificultades de aprendizaje o no van bien en el colegio , observas que le cuesta aprender, que no se centra a la hora de hacer las tareas…
Si aparecen problemas de sueño, comida, ansiedad…
Si observamos más de una conducta donde el niño tiene nuevamente comportamientos infantiles, deja de hacer cosas que ya había aprendido a hacer de forma autónoma …
Si tiene demasiado miedo a estar solo
Si se enfada por todo y no tiene ninguna tolerancia
Cuando en sus expresiones como los dibujos o juegos empiezan a aparecer temáticas muy agresivas, morbosas.
En cualquier caso, todo aquello que veamos diferente en ellos o aquello que creamos que no corresponde a la edad madurativa del niño, debería ser consultado.
Siempre es mejor preguntar y salir de dudas. Si algo no se resuelve a tiempo, a medida que pasa el tiempo, será más difícil corregirlo y, en el caso que sea necesario , tomar las medidas oportunas.